Desde el mes de marzo del corriente año, se creó el Gabinete Interdisciplinario de Violencia de Género y Laboral del Suoem para ocuparse del abordaje de las situaciones de violencia de género y/o laboral que la/os trabajadoras/es afiliadas/os estuvieren atravesando en su espacio familiar y/o laboral.
Se estableció un procedimiento específico para cada tipo de violencia. Como fuera comunicado oportunamente, las situaciones de violencia de Género se receptan de modo personal por el equipo interdisciplinario en los días y horarios de atención, y las situaciones de violencia laboral, mediante denuncias formuladas por escrito en sobre cerrado y numerado, y se dejan en Administración (planta baja de la sede sindical) para, luego, ser abordadas por el Gabinete interdisciplinario y quienes coordinan el espacio.
En este breve recorrido del Gabinete Interdisciplinario, se efectúa un corte al 30 de noviembre del corriente año con motivo de compartir algunos datos que arroja la problemática de la Violencia de Género y Laboral en el ámbito municipal, entre las que destacamos el ingreso de 38 denuncias relacionadas a Violencia de Laboral y 20 referidas a Violencia de Género.
Recordemos que la Violencia laboral es una forma de abuso de poder que tiene por finalidad someter o excluir a un trabajador de su lugar de trabajo. Y puede manifestarse como agresión física, acoso laboral o violencia o maltrato psicológico. En todos los casos, siempre existe una intencionalidad que busca la anulación del/la otro/a.
En este sentido, de 38 denuncias registradas de Violencia Laboral, (un total de 200 intervenciones entre entrevistas individuales/grupales, comunicaciones telefónicas) correspondientes a diferentes áreas gremiales, se han identificado situaciones mediante la forma de Violencia o maltrato psicológico, en las que la/el trabajadora/or ha sufrido un maltrato modal o verbal, alternado o continuado, recurrente y sostenido, ocasionando su desestabilización, el menoscabo de su reputación, el deterioro de su autoestima, y la disminución de su capacidad laboral.
También se identificaron situaciones mediante la modalidad de acoso sexual, en la que la/s trabajadoras han recibido una conducta o comentario con connotación sexual, y por el hecho de ser mujer, y que condicionaron o perjudicaron el desempeño de su tarea, creando un ambiente laboral intimidatorio y humillante. Por lo que, estos casos claramente configuraron violencia de género en el ámbito laboral público municipal, modalidad de la violencia de género comprendida por el art 6 inc c) Ley de Protección Integral de las Mujeres.
Entre los indicadores que fueron relevados, según sus consecuencias en los aspectos físicos, psicológicos y laborales, se señalan entre otras: agotamiento físico, desgano, desgaste, angustia, crisis de llanto, miedo a las represalias, sensación de impotencia, inseguridad, inestabilidad de la integridad psicofísica, actitud negativa para dar soluciones en el trabajo cotidiano, falta de recursos, ambiente hostil por los gritos y las burlas.
Muy pocas situaciones expresadas por la/os trabajadora/es no fueron conceptualizadas como violencia laboral, en tanto corresponden a situaciones de conflicto laboral u organizacional vinculados a las condiciones laborales, entre ellas se señala la falta de recurso humano o recurso humano insuficiente, generando condiciones de sobrecarga de tareas sobre algunas/os trabajadoras/es, como también mayores niveles de estrés en el desempeño de las funciones. También se observaron modificaciones abruptas del espacio laboral habitual o de los horarios de la/el trabajadora/or sin diálogos o consensos previos entre las partes involucradas, y en algunas ocasiones la ausencia de claridad en la línea de mandos por falta de actualización de organigramas. Cuando estos problemas organizacionales del propio ámbito laboral o la falta de personal afectan la tarea y /o generan exceso de trabajo, hostigamiento y/o persecución, es cuando se configuran situaciones de Violencia laboral y desde allí se implementan distintas estrategias de abordaje.
En la mayoría de las situaciones atendidas, las estrategias de intervención se diseñaron con la participación de delegada/os y gremiales. Algunas tuvieron como resultado: el cambio y/o devolución de tareas asignadas al trabajador, traslados acordados, nuevos acuerdos de trabajo, entre otras. Se realizaron recomendaciones específicas de abordaje al área gremial de la Comisión de Género y Violencia Laboral, especialmente, en lo concerniente a conflictos laborales u organizacionales. Y en otras oportunidades, se elevaron informes escritos a las áreas jerárquicas para su intervención inmediata refiriendo en algunos casos absoluta responsabilidad del funcionario a cargo del área, todo esto acompañado por los delegados y gremiales correspondientes.
En torno a la Violencia de Género, y reconociendo a la misma como toda acción u omisión que, basada en su género y derivada del uso y/o abuso del poder, tenga por objeto o resultado un daño o sufrimiento físico, psicológico, patrimonial, económico, sexual o la muerte a las mujeres, tanto en el ámbito público como privado, que limite su acceso a una vida libre de violencia. Se señalan 20 situaciones de violencia contra las mujeres, la mayoría atravesadas por las propias trabajadoras, y otras referidas a un familiar directo del/a afiliada/o, más específicamente, tres situaciones de hijas. Se lograron efectuar acompañamientos a estas mujeres a través de entrevistas (33 entrevistas/ recepción de la demanda y/o seguimientos) e intervenciones telefónicas (40 comunicaciones), y 2 informes de solicitud de la Licencia por violencia de género.
En todas las entrevistas realizadas a las mujeres se garantiza un espacio de escucha activa y confidencial, se profundiza en la comprensión sobre la complejidad de la problemática (vincular, jurídica, patrimonial, riesgos físicos inminentes, y otros), se valora el estado de salud desde una perspectiva integral, se realiza un reconocimiento de redes de apoyo (familiares, sociales, institucionales, etc.) y se consensua un plan de acción que resulte de lo analizado anteriormente.
Algunas intervenciones requirieron asesoramientos en relación a los aspectos legales de la violencia, procurando el resguardo y la protección de la vida de las mujeres; en su mayoría las mujeres habían efectivizado la denuncia en alguna Unidad Judicial. Algunas lograron acceder a medidas urgentes de protección judicial como restricciones en relación al agresor y/o adquisición del dispositivo SALVE (botón antipático). Otras intervenciones precisaron del acompañamiento de procesos terapéuticos. En dos situaciones se solicitó el acceso a la Licencia por Violencia de Género, a pesar de que en su momento no estaba reglamentada, y se acompañó desde el Gabinete las presentaciones pertinentes. El impedimento antes mencionado fue superado a partir de la reglamentación de la Licencia por Violencia de Género el 28 de noviembre del corriente año.
Destacamos que en las situaciones atendidas se encontraron diferentes tipos de violencias hacia las mujeres, entre ellas, violencia física que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad física; violencia verbal o psicológica que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba el pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o aislamiento; violencia económica que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes, pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales; y violencia simbólica a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad. Muchas de mujeres atendidas refieren la existencia de más de un tipo de violencia o violencias combinadas.
Consideramos que el camino es largo, pero necesario, desde el gremio hemos dados pasos importantes para hacernos cargo de los que nos corresponde como organización que defiende los derechos de los trabajadores y vela por una mejor calidad de vida para todos y todas. Precisamos el compromiso de toda/os la/s trabajadora/es municipales para lograr espacios laborales más saludables, más solidarios, más participativos y activos en la defensa de los derechos humanos laborales de todas/os. Hacemos especial énfasis en la responsabilidad que tienen aquellos que ocupan funciones jerárquicas, de generar condiciones dignas de trabajo y atender al recurso humano respetando sus derechos. En cuanto a la violencia de género que viven algunas compañeras municipales resulta importante advertir que el acompañamiento y empatía entre compañeras/os de trabajo, conforma una de las tantas redes (cuando no la única) a las que podría acudir una mujer que está viviendo violencia en cualquiera de los ámbitos en donde se desarrolla.
Equipo Interdisciplinario y Coordinación
Lic. Mariela Lario; licenciada Roxana Murúa; abogada Micaela Reynaga; abogada Myriam Birs y la licenciada Ana Morillo